Qué ocurriría si yo fuera un bit? ¿Y si fuera un náufrago? ¿Y si fuera una serpiente emplumada? ¿Y si fuera un sistema operativo en la red? ¿Y si fuera una planta? ¿Y si fuera un zombie? ¿Y si fuera yo?

Te hablo a ti; sí, a ti, para que escribas en un libro, para que compongas música, para que expliques una conferencia... Para que, hagas lo que hagas, me lo ofrezcas en condiciones.

Os regalo una caña de pescar para escribir vuestro propio código fuente, remezclar vuestros sonidos y escuchar vuestra propia librería de música. Aunque os advierto: nunca he sido capaz de pescar mi propio pez.

Hoy me siento apadrinado por una mujer que me ha acompañado en diversos periodos de mi vida. Escuchad y disfrutad mientras jugáis al rol o aprendéis escritura griega (WTF).

¡Sincronizad, malditos! Montad en el coche evolutivo que nos vamos de viaje mientras escuchamos la banda sonora interpretada por un Theremin, o una sierra, qué más da. ¡Esconded a vuestros gatos! Por nuestra parte, intentaremos protegerlos. ¡Viajad a 2005 y sentid cómo nos las gastábamos realizando cd-crossing para las jornadas de podcasting! ¡Apostad, apostad a que dios existe, o no! Y sobre todo, sed libres en lo que podáis.

Siempre he pensado que los magos de la ficción medieval más famosos tienen truco. Tal vez puedan desarrollar software libre con sus cetros y varitas, o ayuden a componer música para podcasts extintos. En cualquier caso, les hago temblar de miedo cuando les explico los algoritmos heurísticos que extraen contenido automáticamente. Y, si a ti no te gusta este tema, tal vez puedas entretenerte escuchando a los pájaros que pueblan el bosque, aunque cuidado con los insectos que pululan las ciénagas subidos a un paternoster. Si no habéis entendido nada, no os debéis preocupar, que entre la visita por sorpresa de mi amigo el mago y los efectos psicotrónicos del reproductor Totem mientras me escucho a mí mismo no me dejan ver los árboles del bosque. Debe ser por eso por lo que he tardado tres meses en publicar un episodio que tenía ya grabado.

Podemos definir las redes sociales por su sonido, podemos generar música como desarrollamos redes sociales y, lo más importante, podemos almacenar palabras como si fueran nuestros conocidos. No intentéis entender la introducción de este podcast; hace mucho calor para hacer trabajar a las neuronas. PD: perdón por lo de linkedin.